¿Sabíais que aliviar el dolor es un derecho humano universal? El dolor, tal como hemos tratado desde Clínica del Dolor de Tarragona en otro artículo en nuestro web (léelo aquí), es un síntoma que acontece enfermedad cuando se alarga y se cronifica, y acontece uno de los mayores sufrimientos de cualquier otra enfermedad y un problema básico de salud en todo el mundo.
Ahora bien, efectivamente aliviar el dolor es un derecho humano universal de todo ser humano y una obligación de los profesionales sanitarios desde el punto de vista ético. De hecho, el Juramento Hipocrático y la Declaración de Ginebra, se refiere a la responsabilidad de los profesionales al proporcionar un control adecuado del dolor, exigiendo principalmente velar por la salud del paciente, objetivo del equipo de Clínica del Dolor de Tarragona donde recordamos a menudo que el dolor crónico no se cura pero si se aligera.
Además, en materia de derechos humanos, legislativamente, y de forma internacional, los Estados firmantes tienen la obligación de proteger con todos los recursos a su alcance los derechos que la misma garantiza, y en este sentido el derecho a la salud lleva implícito el derecho a un adecuado tratamiento del dolor.
La Constitución Española de 1978, en su artículo 43, reconoce el derecho a la protección de la salud y por tanto el derecho de los ciudadanos a recibir una asistencia sanitaria adecuada, señalando también que compite a los poderes públicos organizar y tutelar la salud pública a través de medidas preventivas y de las prestaciones y servicios necesarios. Incluso no contemplando expresamente el derecho al alivio del dolor, garantiza una adecuada asistencia sanitaria que no puede dejar de lado un tema tan importante como es el tratamiento del dolor.
Por su parte, la Organización Mundial de la Salud (OMS) determinó que el alivio del dolor es un derecho fundamental y que incurre en una falta de ética grave aquel profesional de la salud que impida a un ser humano el acceso a la posibilidad de alivio de este. En la misma línea, la OMS ha dictado los criterios indispensables para un buen control del dolor, entre los cuales recoge la adecuada formación de los profesionales de la salud y la disponibilidad de fármacos para el tratamiento del dolor.