En varias ocasiones ya hemos explicado que el dolor crónico genera percepciones desagradables de forma continuada en las personas que lo sufren. Estas pueden llegar a afectar emocionalmente de forma muy negativa, incluso interfiriendo en las actividades normales del día a día. Una de las principales tareas a la Clínica del Dolor es disminuir el máximo posible estos tipos de percepciones dolorosas, con el objetivo que nuestros pacientes puedan afrontar sin impedimentos su día a día habitual con la mejor calidad de vida posible.
Ante todo esto hay que destacar que el tratamiento de los enfermos con dolor crónico ha evolucionado mucho a lo largo del tiempo. Sólo hay que ver que hasta la 2a mitad del siglo XX los enfermos crónicos eran a menudo desahuciados y considerados, la mayoría, enfermos mentales, recluidos y apartados de la sociedad. A partir de la 2a Guerra Mundial, con la necesidad de integrar los veteranos de guerra empiezan a formarse unidades específicas multidisciplinarias por el tratamiento del dolor crónico a los hospitales para poder tratar este tipo de paciente. Hoy en día los enfermos con dolor crónico se benefician de los adelantos espectaculares que se han producido en medicina en las últimas décadas.
Adelantos farmacológicos
Gracias a la investigación farmacológica actualmente disponemos de medicamentos y formas de administración nuevas que nos permiten ganar en eficacia y en seguridad con menos efectos secundarios y con aumento de comodidad para los pacientes. Formulaciones Retraso con las que reducimos las dosis diarias, parches transfermicos que nos permiten olvidarnos del medicamento durante 3 o 4 días o fármacos ultra rápidos de administración nasal o a mucosa bucal con los que obtenemos efectos analgésicos casi inmediatos en casos de dolores paroxísticos muy severos. Todos estos medicamentos necesitan un control de prescripción y de efectividad periódico estricto por parte de los médicos especialistas en dolor conjuntamente con los médicos de cabecera.
Adelantos tecnológicos
En estos momentos tenemos al alcance una variedad de técnicas que permiten llegar con precisión hasta los tejidos donde se generan las percepciones del dolor. Se trata de técnicas intervencionistas guiadas por imágenes con aparatos sofisticados de ecografía o de fluoroscòpia (rayos X) con las que se consigue, de forma muy poco invasiva y muy cómodo por el paciente llegar con cànules o agujas exactamente en el lugar donde realizar el tratamiento. Este consiste desde infiltraciones analgèsiques o antiinflamatòries con corticoides o anestésicos locales, pasando por tratamientos moduladores del dolor con radiofrecuencia, hasta tratamientos regenerativos con factores de crecimiento o células madre.
En otros casos más complejos de dolor crónico son necesarios las técnicas de neuroestimulación espinal o periférica. Consisten en la utilización de electrodos implantados muy cerca de la médula espinal o de los nervios periféricos mediante pequeñas intervenciones quirúrgicas. Estos electrodos se conectan a unos generadores (similares a los de los marcapasos) implantados subcutaneamente en los pacientes, que emiten unos impulsos eléctricos para modular y disminuir la sensación de dolor. Hoy en día se incluso posible gracias a la tecnología wireless evitar la implantación del generador al cuerpo del paciente de tal manera que los electrodos se pueden controlar a través de nuestros smartphones o tablets.
Es con todo ello que en la Clínica de Dolor se consigue que las personas que sufren dolor crónico puedan mejorar su condición de vida.
*Foto: Infiltración articulación Sacroiliaca con Rayos X