Si sufres neuralgia ya debes de saber de que se trata. Consiste en un dolor agudo bastante insoportable que sigue la ruta de un nervio y que se debe precisamente a la irritación, compresión o daño de este nervio, y se sufre en la cara, cráneo o el cuello.
Es entre las neuropatías, la más frecuente de entre las dolencias del sistema nervioso periférico y central, y a menudo se percibe como un dolor “eléctrico” o con sensación de punzadas, “de agujas clavadas”.
Hay que tener en cuenta que los nervios periféricos llevan información desde y hasta el cerebro y señales desde y hasta la médula espinal al resto del cuerpo, y por tanto el problema recae en que estos nervios no funcionan correctamente ya sea por el daño a uno o varios nervios implicados.
Tipo de neuralgias
Las más comunes son la neuralgia del trigémino o tic doloroso.
La afectación provoca en el rostro un dolor similar a una descarga eléctrica, un pronto, punzadas agudas.
Además el dolor va y viene de forma inesperada durante algunos minutos, a pesar de que puede repetirse durante días y semanas, ya sea sin motivo, a causa de un trastorno previamente diagnosticado o en el momento de estímulos de la zona como masticar, lavarse la cara, sonarse la nariz, etc.
En este caso se debe a la afectación del nervio trigémino, un nervio craneal relacionado con la cara y que da lugar a un tipo de tic nervioso a la vez que doloroso.
Otros tipos pueden ser la neuralgia glossofaríngia, que puede darse en el oído o en la base de la lengua, la zona de las amígdalas o bajo la mandíbula y se percibe al tragar, estornudar, bostezar o toser; la neuralgia del nervio intermediario o de Hunt afectando el conducto auditivo y que se puede expandir en la zona posterior de la cabeza; o la neuralgia occipital, localizada a los lados del cuero cabelludo donde incluso se puede perder sensibilidad.
Tratamiento de la neuralgia
Clínica del Dolor Tarragona es especialista del dolor y el dolor crónico dando solución a las patologías y casos concretos después de las visitas y diagnosis previo.
Cuando el tratamiento médico para paliar el dolor no es efectivo y el dolor es persistente y continuado, es necesario un tratamiento quirúrgico. El objetivo del intervencionismo es interrumpir los impulsos nerviosos que se producen al recorrido neuronal y que provocan el dolor.