El calor y el dolor, un factor que influye y afecta

calor dolor muscular

¿Cómo afecta el calor en los pacientes con dolor crónico?. Desde la Clínica del Dolor de Tarragona queremos daros respuesta y tratar este tema y situación que predomina durante el verano. 

En esta época, nuestros hábitos, la alimentación e incluso la rutina de nuestro día a día cambia. Todo esto puede afectar a nuestro cuerpo y a nuestro organismo, pero nos queremos centrar en cómo afecta en el dolor.

La humedad, la lluvia y el clima frío pueden afectar a la artritis, el mal que se sufre en las articulaciones. En la misma línea, un estudio asegura que casi el 5% de las personas mayores que sufren algún tipo de dolor se ven afectadas debido al calor. De este modo, podemos asegurar que cuando hay algún cambio o subida de temperatura estos pacientes ven agravado el dolor.

¿Por que sentimos más dolor con el calor?

El hecho de sentir y sufrir mayor dolor con el calor se debe de precisamente al hecho que la temperatura y la humedad influyen en los tejidos dentro de una articulación donde se contraen y se expanden, hecho que provoca dolor.

Es el caso por ejemplo de la fibromiàlgia, una de las patologías que se ven más afectadas con los cambios de tiempos y de temperatura. De este modo podemos decir que el dolor aumenta con el calor, sobre todo con la humedad.

Del mismo modo, con temperaturas altas es más frecuente que podamos sufrir dolor de cabeza acompañado de cansancio y una cierta apatía. Además, todo ello puede conducir a la deshidratación que empeora todavía más los síntomas y desencadenar migrañas importantes.

¿Como hacer frente al calor y evitar dolor?

Ante estas circunstancias, es importante saber como evitar y como enfrentarse al calor.

  • Hidrataos correctamente, beber mucha agua ¡es importante!
  • Evitad ingerir alcohol y bebidas con cafeína.
  • Evitad o no os expongáis demasiado al sol, decantaos por la sombra.
  • En espacios interiores es preferible el uso de ventiladores a aparatos de aire e incluso provocar corriente de aire natural abriendo puertas y ventanas que dejen pasar el aire.
  • Utilizad ropa transpirable y ligera, además de gafas de sol y sombreros o gorras cuando se está en el exterior. No está de más preveer crema solar para proteger la piel.
  • También es importante aplicar una toalla fría en el cuello o ponerse agua fría en las muñecas para enfriarse rápidamente.

Cómo todo, nunca se puede asegurar 100% que los cambios de temperatura, el calor y la humedad afecten directamente al dolor, pero sí que tienen cierta relación y por lo tanto, la prevención siempre es un factor importante a tener en cuenta.